Los ojos azules de Kirtash se clavaron en los ojos oscuros de Victoria. Ella quiso girar la vista, pero no pudo. Se sentía atrapada por akella mirada.
Respiró ondo, con miedo. Aún tenía la espada de Kirtash rozando su piel. Aún tenía la espalda contra el tronco del arbol. No podía uir. No podía hacer nada sino esperar la muerte.
Kirtash giró la cabeza para un lado. Continuava mirandola y ella se sentía desesparada
Como si el adivinara sus pensamientos, dijo:
- Te tendría que matar, lo sabías¿?
La Victoria quiso ablar, pero tenía la garganta seca. Los ojos se le llenaron de lagrimas de terror.
I entonces, sorprendentemente, Kirtash alzó la mano izquierda y le acarició la mejilla con los dedos, suavemente. La Victoria se estremeció. Como podía haber tanta dolcura en esas manos asesinas¿?
Él le apartó un mechon de pelo que le caía a la cara. Y no dejó de mirarla.
[....]
Y entonces, finalmente, Kirtash abló:
- Pero tu no tendrías que morir - dijo.
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